top of page

Imágenes SI, ídolos NO

1) "El Señor habló a Moisés diciendo: Harás dos querubines de oro... Y los queru¬bines tendrán sus alas extendidas hacia lo alto, cubriendo con ellas el propiciatorio... Allí me encontraré contigo y te comunicaré  desde sobre el propiciatorio y desde en medio de los dos querubines que están sobre el Arca del Testimonio todas las órdenes que te daré para los hijos de Israel" (Éxodo 25, 1, 18-22).

 

2) "Y el Señor dijo a Moisés: Haz una serpiente de bronce y ponla sobre un poste; " cualquiera que fuere mordido y la mirare, conservará la vida" (Números, 21, 8).

Consecuencia:- Dios mismo ha ordenado expresamente que se hagan imágenes y se usen para fines religiosos.

3) "Josué rasgó sus vestiduras y se postró con el rostro en tierra, delante del Arca del Señor" (Josué, 7, 6).

Consecuencia:- El Arca de la Alianza re¬cibió de los buenos israelitas la misma vene¬ración que damos los católicos a las imáge¬nes del Señor y de sus santos.

4) Salomón "hizo esculpir en relieve sobre todos los muros de la casa (del Señor) por todos lados, al interior como al exterior, querubines" (1 Reyes, 6, 29, 32, 35).

Consecuencia:- El templo de Jerusalén contenía imágenes sagradas como los templos católicos. Y de aquel templo había dicho Dios a Salomón, su autor: "He escogido y santificado esta casa " (2 Crónicas, 7, 16).

Doctrina de la Iglesia acerca del culto de las imágenes

Para que vean nuestros lectores cuán infundadamente nos calumnian las sectas protestantes al decir que los católicos adoramos las imágenes, reproducimos las palabras del Concilio de Trento (1545 y 1563. Convocado con la intención de responder a la Reforma protestante, supuso una reorientación general de la Iglesia y definió con precisión sus dogmas esenciales. Los decretos del Concilio, confirmados por el papa Pío IV el 26 de enero de 1564) sobre el culto de las mismas: "El Concilio ordena que las imágenes de Cristo, de la Virgen Madre dé Dios y de otros Santos se tengan y guarden principalmente en los templos y se les dé el honor y veneración debidos; no porque se crea que hay en ellas alguna divinidad o virtud en consideración a la cual deba dárseles culto, o pedirles alguna cosa, o poner en ellas la confianza como hacían antiguamente los paganos que colocaban su esperanza en los ídolos; sino porque el honor manifestado a ellas se refiere a 'los prototipos, a quienes estas imágenes re¬presentan; de tal manera que por las imágenes que besamos y ante las cuales nos descubrimos y nos arrodillamos, adoramos a Cristo y veneramos a los Santos, cuya semejanza tienen" (Se¬sión XXV).

1) El culto a las imágenes es razonable.- De estas pala¬bras del Concilio se desprende claramente que el culto que los católicos tributamos a las imágenes es solamente relativo; es decir, que no se refiere a la materia de que están formadas, sino a las personas a quienes las imágenes representan. En la imagen se puede honrar y deshonrar al original: he ahí un principio de sentido común admitido por todo el mundo. Honramos a nuestros padres y amigos en sus retratos, a los hombres beneméritos de la patria en sus bustos o estatuas, y no hay persona alguna que no se sintiera ofendida por aquel que se burlara de su retrato o imagen. Y aún los protestantes mismos no verían  con indiferencia que los católicos nos burlásemos de las imágenes y estatuas de sus seudo reformadores.

Ahora bien: en el capítulo anterior dejamos sólidamente esta¬blecido que los Santos son dignos de nuestra veneración y reli¬giosos obsequios; luego es muy razonable la veneración de sus imágenes.

Una de las manifestaciones del culto religioso popular a las Imágenes es el beso. Alguien, al ver a un alma ferviente besar con efusión el Crucifijo, la imagen del Niño Dios, de la Virgen, de algún santo, dirá, tal vez: ¿Niñerías. . ! Pero, lector, todos en nuestros  afectos, cuando son intensos perecemos niños. Si besa¬mos con efusión el retrato de los que amamos ¿ Qué dificultad razonable puede haber en el beso dadoa imagen de los seres mas dignos de nuestro amor: Jesús, su Madre Santísima, sus amigos predilectos los Santos.

2) El culto de las imágenes es provechoso.- Podemos orar fervorosamente en la presencia de Dios y encomendarnos a la Santísima Virgen y a los Santos sin necesidad de imágenes y pinturas. Pero ¿quién negará que éstas sobre todo cuando son piadosas y artísticas- ayudan grandemente a nuestro recogi¬miento y devoción?

Una madre que ha perdido su. Hijito. . . ¡jamás lo olvida! Vive siempre en su corazón. Pero mil preocupaciones absorben su mente. De repente, en el momento en que menos pensaba en su hijito distingue su retrato; se siente profundamente conmovida; lo contempla y le habla como si realmente fuera vivo... Ilusión momentánea sin duda, pero ¡dulce y arrobadora ilusión susci¬tada por una imagen! Tal es la verdadera naturaleza del cora¬zón humano.

La Iglesia Católica, que responde de una manera admirable a las necesidades todas de nuestro corazón, se sirve de todos los medios para unir a sus hijos con Dios. Es un hecho innegable que los misterios de la Fe expresados y representados en pin¬turas, lo mismo que las imágenes del Señor y de los 'Santos, ayudan grandemente a la instrucción religiosa del pueblo y a la devoción de los fieles.

Dios mismo, en el. Antiguo Testamento, había hecho cons¬truir el Tabernáculo y el arca de la alianza con imágenes religiosas (Éxodo 25,8 18-22) para satisfacer la íntima necesidad que siente el hombre de tener ante sus ojos un objeto sensi¬ble que simbolice el culto y excite la piedad.

 

Refiere el protestante Schubart en su autobiografía la' si¬guiente anécdota. "Aún está presente a mis ojos el francis¬cano que estaba de rodillas ante una magnífica imagen de Cristo pintada al fresco en el claustro del convento, tan al vivo que parecía derramar sangre de las heridas causadas por los azotes. El franciscano se levantó repentinamente cuando yo entré en el jardín. En sus ojos resplandecía la devoción. -"Magnífica pin-tura!", le dije yo. "Pues más hermoso es el original", contes¬tó él sonriéndose-. "Entonces ¿por qué no os dirigís . al original?"

 

-"Habláis como hablaría un protestante, repuso el reli¬gioso; la pintura sólo ayuda a 'm¡ imaginación; pero mi espí¬ritu se eleva a considerar al verdadero Cristo. ¿Podéis por ven¬tura orar sin formaros una imagen en el alma? Y ¿no es mejor que esta imagen sea pintada por un artista, que no por nuestra pobre imaginación?"- Yo no pude responderle"

Los editores dé periódicos y revistas conocen muy bien el poder de las ilustraciones para impresionar la imaginación del lector; en los museos, en los monumentos, en las cabalgatas y procesiones cívicas se exhiben públicamente estatuas y figuras, que representan a los hombres ilustres y recuerdan los hechos históricos de la patria. ¿Por qué, pues, se reprocha a la Iglesia por una costumbre tan racional y conforme con las enseñanzas de la Biblia, cual es el uso de las imágenes religiosas en el culto para avivar la piedad de los fieles?

OBJECIONES PROTESTANTES

​​

Respuesta:- Si este texto significa la prohibición absoluta de toda imagen, tendremos que Dios prohíbe en una parte lo que manda en otra. Ya vimos que Dios mismo mandó a Moisés fabricar imágenes religiosas (véanse los números 1 y 2 citados al principio). La Biblia protestante de Valera traduce inexac¬tamente la voz hebrea histahavah de este texto, voz que preci¬samente nos da la solución de esta dificultad. Dicha palabra significa propiamente: postrarse en tierra hasta tocarla con la frente; que es el acto de la oración exterior que los israelitas tributaban a Dios: La versión de Valera: "No te inclinarás a ellas" es inexacta. La acción de inclinarse se expresa en hebreo con el término Kadad. El sentido verdadero de la prohibición de éste: "No te harás imagen alguna para adorarla". Lo que prohíbe, pues, Dios es el culto idolátrico de la imagen, es decir adorar la imagen como si fuera un dios. Por esto añade el Señor: '”Soy un Dios celoso", es decir, no admito competidor. Fácilmente se comprende que la Ley de Dios fuera estricta acerca de este punto, a causa de la inclinación de los israelitas a imitar la ido¬latría de los paganos, de quienes vivían rodeados.

Los católicos sabemos muy bien que hay una diferencia infinita entre Dios y las imágenes que lo representan de alguna manera. Si besamos con amor la imagen de Jesús Crucificado, sabemos ciertamente que nuestro beso -expresión vivísima de nuestro amor- lo dirigimos a Nuestro Señor, por más que besa¬mos materialmente un grabado, una pintura, o una estatua. ¿Quién no entiende la diferencia que hay entre una persona amada y su retrato? Honraremos la persona por ser quien es; el retrato por ser la imagen de la persona. El culto tributado a una imagen es relativo.

Respuesta:- Nada de esto. La Biblia nos da dos veces la lista de los Diez Mandamientos de la Ley que Dios impuso a los israelitas (perfeccionada después por Jesucristo): pero en ella ni usa las mismas palabras, ni sigue un orden exactamente igual, ni indica cómo deben dividirse los mandamientos (Éxodo, 20, 1-17; Deuteronomio, 5, 6-21).


La Iglesia Católica, siguiendo el Deuteronomio, ha com¬pendiado (en los Catecismos) los versos 6-9, que hacen referencia a la adoración divina, en un solo mandamiento, conside¬rando como primer mandamiento la prohibición del acto interno v del acto externo de idolatría. En cambio ha dividido el verso 21 en dos mandamientos distintos, distinguiendo la prohibición de desear la mujer del prójimo de la prohibición de codiciar sus bienes externos (la casa, las posesiones, los animales. . .) a dife¬rencia de los protestantes que ven en todo esto una sola prohibición.

 

La división adoptada por la Iglesia Católica, no solamente es más racional y más digna de la mujer (pues hace resaltar su dignidad), sino también está autorizada por la misma Biblia, que no siempre sigue el mismo orden el enumerar los manda¬mientos y a veces los compendia (2 Reyes, 17, 35-59; San Mateo, 19, 17-19; 22, 37-40).


Objeción 3'- "No hemos de pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o a plata, o a piedra, o a escultura de artificio, o de imaginación del hombre" (Hechos, XVII, 29).

© Copyright Uniting Church Arizona. all rights preserved.

  • facebook-square
  • twitter-bird2-square
  • google-plus-square

Por muchos años Dios me regaló un gran regalo, Mi madrecita: Aida Méndez Carvajal. Mujer luchadora desde su niñez, la cual fue muy dura, caracterizada por trabajos de adulto que tenía que realizar desde su corta edad. De Joven fue catequista, quizás debido a eso siempre se preocupo por la enseñanza Cristiana en nuestro hogar. Cinco hijos y ninguna hija, por lo que siempre su labor de hogar fue muy fuerte. Buena administradora de los recursos económicos en la que mi padre siempre tuvo un gran apoyo. De caracter fuerte y firme pero cariñosa con sus seres queridos. Allá en el cielo  Mamá intercede pod nosotros. Te amaremos siempre.

bottom of page